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Libro de arte a todo color

COLECCIÓN ACADEMIA
Fotografía / Libro de viajes / Historia del arte / Historia / Arte / Religión

 

La India a través de la lente

Historia, arte, religión 

        
José Othón Marquina

 

 

Vea imágenes y páginas del libro

en el video de presentación

 

 
 

594 pp.

21 x 29.6 cm

 

 

Disponible en e-book y en papel

 

ebook

ISBN 978-607-7963-29-5

U$S 36.03
 

 

papel

ISBN 978-607-7963-30-1

U$S 138.71 (más envío)
 

 

 

 

 

 

 

 

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COMENTARIO

 

Ha sido muy interesante y grato acompañar a nuestro autor en el arduo proyecto de mostrar las particularidades de la historia, el arte y la religión de ese extenso subcontinente que es la India, y luego caminar de su mano por los seis estados más emblemáticos, recorriendo territorios tan disímiles, entre el Himalaya, las llanuras, los desiertos, los ríos, sobre todo el Ganges, el más sagrado e importante del hinduismo y el budismo.

Las fotografías de José Othón Marquina están impregnadas del olor de las cosas, del sentir de la gente, de la gravitación de la historia antigua y moderna. No es un viajero común ni un fotógrafo aficionado: es un contador de historias.

Cuando uno se pasea por la secuencias que salen de la lente del artista, hermanadas con la palabra del escritor —que las engarza con un muy particular ritmo—, va atravesando, absorto, una vastedad geográfica impresionante y, como en un traveling, de repente se descubre dentro de un templo encallado en la montaña, excavado en la roca, asentado en la ribera de un río o en las callejuelas de una moderna ciudad… lo mismo que en formidables palacios, mezquitas o mausoleos, sobre un camello, un elefante, junto a una caravana… en medio del bullicioso ghat de cremación a orillas del Ganges, en fin, y en la larga ruta ve las caras de la gente que vivió y vive en esos remotos entornos apegada a su historia y a sus creencias. La convivencia en la tolerancia nos reconforta cuando nos la transmite la sensibilidad del que estuvo allí, revestida de un sentimiento de respeto, aprendizaje y admiración.

De norte a sur el ojo atento puede ir registrando el paso por culturas, lenguas, religiones, geografías distintas en un mismo país complejo y contrastante. Las numerosas fotografías abarcan desde los planos panorámicos espectaculares del Himalaya, los ghats de Varanasi o los fuertes imperiales, hasta el detalle de las figuras eróticas de los templos de Khajuraho. Cada sitio, cada rincón, tiene algo que mostrarle a mundo, y la lente de José Othón Marquina lo ha registrado desde el justo ángulo y con un encuadre que lo hace palpitar.

 

 

SOBRE EL AUTOR

 

José Othón Marquina describe con estas palabras su trabajo fotográfico: “Aunque no soy fotógrafo de profesión, pues mi carrera y vida giran alrededor de la industria de la construcción especializada, mi pasión es la fotografía.

Viajar, en conjunción con la fotografía, suma la intensidad con la que vivo mi vida. Para mí, un viaje sin fotografía es inconcebible y carece de recuerdos y sentido, lo mismo que hacerlo sin aprender de los pueblos y las culturas con las que se entra en contacto: es una actividad vacía. Por ello, también es primordial la observación y el estudio de los países que visito, incluyendo el mío.

El hecho de haber empezado a tomar fotos se lo debo a mi padre, a quien siempre vi con una cámara en las manos. El interés por la fotografía, que al principio se debía sólo a una satisfacción propia, íntima, para goce y recuerdo, se fue convirtiendo en un deseo de compartir.

A partir de ese momento empezó verdaderamente mi aventura y enamoramiento; el resto fue seguir aprendiendo y cambiando de equipo hasta hacerme de una buena cámara digital, pero nunca dejé el sistema análogo.”

jomiigsa@prodigy.net.mx

Páginas del autor 

http://www.othonmarquinafotografo.com

http://www.facebook.com/OthonMarquinaFotografia

 

 

CONTENIDO

 

Prólogo

 

Primera parte
LA INDIA Y SU CULTURA

 

TERRITORIO, GEOGRAFÍA, CLIMA

-Introducción

-Territorio y geografía

-Clima

 

LENGUA Y LITERATURA

-El sánscrito y las diversas lenguas de la India (Introducción, El sánscrito, foco de desarrollo)

-Las obras literarias antiguas

 

HISTORIA

-Cronología

-Prehistoria y primeros siglos

-Prehistoria y cultura material

-Civilización Harappana o del Indo

-Arribo de los arios y la Era Oscura védica

-Dinastía Maurya

-Dinastía Kushan

-Imperio Gupta

-Dinastía Pallava y dinastías hinduistas del norte

-Dinastía Pala -Musulmanes y sultanatos de la India

-Dinastías después de la invasión

-Imperio Mogol (Babur y el inicio del imperio mogol, Humayun, Akbar, Jahangir, Sha Jahan, Aurangzeb)

-Los Mahrattas

-Los primeros europeos

-La India británica (Desarrollo de Bengala antes de los ingleses, La toma de Bengala por los ingleses, Consolidación inglesa en Bengala, Expansión de la autoridad británica)

-Albores del siglo XIX

-La India ante las reformas occidentales

-La independencia (Insurrección y nacionalismo, Congreso Nacional Indio, Gandhi, La Liga Musulmana y la partición de la India)

-La modernidad (Herencia imperial, La India independiente, Turbulencia social, Política económica).

 

RELIGIÓN, PENSAMIENTO

-Religión aria

-El pensamiento de Occidente y la India

-Filosofía y religiones de la India (El pensamiento de negación, El libro de los Upanishads, Doctrina samkhya)

-Jainismo

-Buda y el budismo (La doctrina de Buda, La difusión del budismo, El budismo después de Buda, El tantrismo budista)

-El hinduismo (La doctrina vedanta, Las leyes del Manú, Misticismo hinduista, El hinduismo como religión, Bhagavad-Gita, La evolución del pensamiento)

-El pensamiento moderno y sus promotores

-Sijismo.

 

ARQUITECTURA, ESCULTURA, PINTURA

-Ámbitos de la cultura estética de la India

-El arte budista (Las doctrinas del budismo en la escultura, Arquitectura primitiva y primeras imágenes budistas, Edificios asociados a las stupas y primeros monasterios, Monasterios y santuarios labrados en roca, Arquitectura en Gandhara, Escultura en Mathura, Budismo bajo la dinastía Pala)

-Templo hinduista (Culto brahmánico, Bajo la dinastía Pallava, Durante el periodo Chola, Dinastías Gupta y Chandela: sala de danza y escultura eróticas, Siglos XI a XV)

-El arte mogol

 

 

SEGUNDA PARTE. LUGARES SELECTOS

 

LUGARES SELECTOS DEL NORTE

-Delhi

-Rajasthan (Jaipur, Fuerte Amber, Udaipur, Nagda, Eklingji, Jodhpur)

-Uttar Pradesh (Agra, Fatehpur Sikri, Varanasi).

 

LUGARES SELECTOS DEL CENTRO

-Madhya Pradesh (Khajuraho)

-Maharashtra (Mumbai, Isla Elefanta, Aurangabad, Daulatabad, Ellora, Ajanta).

 

LUGARES SELECTOS DEL SUR

-Tamil Nadu (Chennai, Kanchipuram, Mahabalipuram)

-Karnataka (Bangalore, Sravanabelgola, Halebid, Belur, Mysore, Srirangapatna ).

 

Bibliografía,

Índice de portadillas y retiros

Índice de nombres

 

 

FRAGMENTO

 

 

UTTAR PRADESH

 

La mayor parte del territorio de Uttar Pradesh se ubica en la llanura y el valle del Ganges superior. En el norte se alzan las montañas Siwalik, y en el noreste el Himalaya; entre la llanura y las montañas está el Terai, una jungla de hierba alta, y, finalmente, en el sur, el Decán.

Uttar Pradesh es el cuarto estado más grande del país y el de mayor población. La lengua predominante es el hindi, pero también se habla urdu. La mayoría de la gente es hinduista; sólo 15% son musulmanes. Más de 75% vive en el campo; por ello, la producción agrícola con irrigación es muy importante, si bien se ha emprendido un plan para reforestar el territorio, gravemente afectado. Otras actividades económicas del mismo nivel son la extracción de algunos minerales, como piedra caliza y sílice; la industria, los textiles y los alimentos procesados.

Por albergar cuatro de las ciudades más importantes del hinduismo, Uttar Pradesh siempre ha tenido prominencia en la vida cultural y religiosa del país. Varanasi es la ciudad sagrada a la que acuden millones de peregrinos para bañarse en las aguas del Ganges; en Sarnath, Buda dio su primer sermón.

Este estado también se distingue por su gran cantidad de edificios de arquitectura mogol de primera importancia, como el Taj Mahal y el Fuerte Rojo, los más connotados de Agra, o los de Fathepur Sikri.

En Allahbad y Haridwar tiene lugar cada doce años el Kumbh Mela, el festival más grande del mundo.

 

Agra

 

Localizada a doscientos kilómetros de Delhi, también sobre las márgenes del río Yamuna, se alza Agra con sus intrincadas callejuelas, variados bazares y una de las más grandes maravillas arquitectónicas de la humanidad: el Taj Mahal.

El origen de la ciudad se remonta al siglo III, así lo menciona el Mahabharata, pero cobró importancia como capital del imperio mogol durante el reinado de Akbar. En ella florecieron las artes, sobre todo la pintura, con una escuela especial que logró conjuntar las tradiciones india y persa. Poco más tarde, con el mismo estilo, se desarrolló la arquitectura, cuyo más bello logro está en Fatehpur Sikri, la segunda capital del emperador.

Agra no tiene más de 500 años de haber sido fundada, así que, para los estándares de la India, es una ciudad nueva y siempre ligada a la historia de Delhi. Nació durante la dinastía Lodi de Delhi y creció hasta convertirse en capital. Esto sucedió en 1526, con la invasión de Babur. Debido a que a él no le gustaba la India, ordenó diseñar jardines que le recordaran cotidianamente su tierra natal; fue así como nació el jardín Rambagh al más puro estilo persa, el cual prevaleció en todos los jardines y mausoleos que posteriormente se construyeron en el país. De todo este proyecto se encargó su hijo Humayun.

Después de la muerte de Babur, hacia 1530, Humayun heredó un imperio con grandes problemas. No transcurrieron muchos años (1540) para que Sher Shah, de Afganistán, conquistara Delhi y se convirtiera en gobernante. Y aunque en 1555 Humayun reconquistó el poder, su segundo reinado duró poco debido a su repentina muerte en las escaleras de la biblioteca del palacio.

El joven Akbar, hijo de Humayun, heredó el trono, mas lo perdió de nuevo tras su ascenso al poder, luego de una nueva invasión de los afganos. Después de todas estas tribulaciones, la capital se trasladó a Agra, principalmente por un atentado que sufrió Akbar en Delhi. Esta ciudad fue recuperada por el regente del soberano, pero a partir de entonces y durante cien años, siguió siendo la capital del imperio y la más relevante del norte. Akbar ejerció el poder desde el Fuerte Rojo, construido en 1565.

La tolerancia entre religiones promovida por Akbar le dio mucha popularidad a Agra. Se transformó en muy poco tiempo en un centro de cultura y verdad. Era famosa su biblioteca, que albergaba más de 21 mil libros. Se dice que a su corte llegaban sabios y santos de todas las religiones: sufís musulmanes, budistas, hinduistas, jainistas, jesuitas, confusionistas, taoístas e incluso seguidores de Zaratustra o Zoroastro.

Tal era la aceptación de la diversidad de credo que Akbar quiso fundar una religión que fuera una síntesis de todas. Aunque nunca prosperó la empresa, su gran fervor lo llevó a trasladar su capital a cuarenta kilómetros de Agra, hacia un poblado en el que vivía un santo y místico sufí llamado Sheikh Salim Chisti. Fue ahí donde fundó Fatehpur Sikri, la nueva capital.

Fathepur Sikri fue quizá la ciudad más fabulosa del imperio. En ella se concentraron las personas más ilustres de la época en todo el subcontinente. Sin embargo, tras quince años de vida, a finales de su reinado, Akbar trasladó la corte a la frontera norte y libró allí varias batallas. De esta manera, Fathepur Sikri inició un declive que al final la transformó en una ciudad fantasma, como la conocemos ahora.

Akbar murió en 1605. Fue sepultado en Sikandra, al noroeste de Agra. Su hijo Jahangir, de 36 años, ascendió al trono y gobernó también desde el Fuerte Rojo. No fue tan tolerante como su padre, pero heredó de él el gusto por las artes y las letras. Fue durante su reinado cuando los ingleses comenzaron a tener una presencia más fuerte e influyente en el país. Los embajadores de aquella época describieron el lujo de la corte del emperador.

Hacia el final de su vida, Jahangir fue cediéndole el mando a su esposa favorita, Nur Jahan, una mujer de gran talento e inteligencia que condujo el imperio con gran destreza.

Tras la muerte de Jahangir se inició una lucha por el poder. Nur Jahan apoyó a Shahryar, hijo menor del soberano, pero éste fue derrotado por Sha Jahan, su medio hermano, y Nur Jahan terminó recluida en Lahore.
Sha Jahan tomó las riendas del país en 1628, y gobernó en paz durante los treinta años de su reinado. Al igual que Akbar, fue un gran administrador, además de genio, pues era versado en matemáticas, gramática, lógica, astronomía y geología; asimismo, hablaba árabe, la lengua del Corán y persa.

En el cuarto año del mandato de Sha Jahan, su esposa Mumtaz Mahal (Arjumand Banu), a quien más amaba e igualmente la más bella, murió al dar a luz a su decimocuarto descendiente. El acongojado hombre nunca se recuperó de la pérdida. Motivado por el dolor, decidió hacerle el tributo más hermoso que en honor de una esposa se hubiera hecho. Así, tras un largo luto en el que se abstenía hasta de hablar, ordenó edificar un mausoleo que no tuviera igual en el mundo y perpetuara su amor por ella.

No se conoce el nombre del arquitecto del Taj Mahal; se piensa incluso que fue un conjunto de contribuciones lo que le dio forma. Veinte mil obreros y artesanos trabajaron ininterrumpidamente durante veintidós años, con materiales de diversas partes del mundo: mármol blanco de Makrana, mármol negro de Surat, arenisca roja de Fatehpur Sikri, y piedras semipreciosas, como ópalo, lapislázuli, turquesa, crisolita, zafiro, entre otras, del Tíbet, Rusia y Persia. El complejo funerario costó una auténtica fortuna. Tras el resultado, es evidente que todo valió la pena.

A diferencia de los mausoleos precedentes, el Taj Mahal fue construido al final de un jardín, para producir una mejor y mayor perspectiva. Otra innovación fueron los cuatro minaretes colocados en las esquinas de la plataforma que soporta el mausoleo, los cuales buscan ponderar la verticalidad del edificio y servir como marco para engrandecerlo. El canal construido al frente fue ensanchado con respecto a las pautas mogoles, con el fin de que reflejara la hermosa figura.

A pesar de su monumentalidad, la obra resultó adecuada para la destinataria, pues es delicada, ligera y de enorme belleza femenina. Su elegancia y complejidad no han sido superadas. Por ello sigue siendo una de las maravillas del mundo. La capilla es una copia de la de Humayun en Delhi y está constituida por una escalera central en forma de octágono, conectada a corredores perimetrales que conducen a las puertas y a cuatro cámaras localizadas en las esquinas del edificio. En la sala central hay dos cenotafios de distintos tamaños. El menor, justo en el centro, es el de Mumtaz Mahal. El trabajo de joyería y orfebrería es impresionante por su profuso decorado con motivos florales e incrustaciones de piedras semipreciosas. A su lado (oeste), está el cenotafio de Sha Jahan. Ambos están rodeados por un extraordinario barandal de celosía, sustituto del original, de plata pura, que fue retirado para evitar el saqueo. La cripta, donde están las tumbas, colocada en el centro del estilóbato, no guarda los restos de la pareja real. Éstos yacen en una cámara mortuoria subterránea secreta, donde una serie de diecisiete cuartos intercomunicados está sellada por un muro sólido de ladrillos.

En 1638 Delhi volvió a tener la categoría de capital, con lo que el esplendor de Agra llegó a su fin. Hacia la segunda mitad del siglo XVIII, la ciudad fue disputada por los mogoles, los jats y los mahrattas. Por un tiempo perteneció al estado de Gwalior, y en 1803, cuando los británicos estaban bien asentados y tenían al emperador mogol bajo su protección, pasó a sus manos y fue nombrada capital de la provincia norte. Esto sucedió entre 1833 y 1858. Agra se unió a la rebelión de 1857, pero en julio los soldados, procedentes de Fatehpur Sikri, la tomaron e incendiaron muchos edificios emblemáticos, entre ellos la biblioteca. Bajo el control británico, Agra continuó siendo una ciudad de renombre; después de la independencia, la provincia a la cual pertenecía, Las Provincias Unidas, cambió de nombre a Uttar Pradesh.

 

Fatehpur Sikri

 

Fatehpur Sikri se encuentra a 35 kilómetros de Agra. Se asentó en el territorio de un pequeño pueblo de talladores de piedra, muy conocido porque ahí residía el gran santo sufí Sheikh Salim Chisti, quien, se decía, tenía aptitudes de profeta. Akbar decidió consultarlo, y el santo predijo que tendría tres hijos notables. Poco después nació el primero, Salim, quien con el tiempo llegaría a gobernar al modo de Jahangir.

Muchos acontecimientos felices se sucedieron después de aquella noticia. A partir de entonces nació una relación muy cercana entre el emperador y el santo sufí. Así, tras declarar que Sikri era un lugar prometedor, el soberano decidió trasladar allí su corte. Se piensa que la decisión se debió más que nada a una estrategia militar, pues la ciudad estaba lejos de las fronteras y también del centro del nuevo imperio. Por lo mismo, con el tiempo perdió su posición estratégica y finalmente fue abandonada.

Fatehpur Sikri, llamada Ciudad de la Victoria en honor de Akbar, fue construida en tan sólo diez años. Tuvo una gran cantidad de magníficos edificios y palacios y una población de 200 mil personas. Fue la capital del imperio durante diecisiete años, de 1568 a 1585. De manera sorprendente se aprecia en todo el complejo la filosofía de pacifismo y tolerancia de Akbar; muestra de ello es la arquitectura, con la unión de dos estilos opuestos en apariencia: por un lado, el indio, con su profusa ornamentación y el arte figurativo; por el otro, el del islam, lineal y geométrico, en espacios, jardines y áreas de oración. La ciudad no tiene calles; en su lugar el espacio y el volumen se destacan con terrazas, patios y plazas a diferentes niveles. Los edificios representan una solución práctica para los problemas que la ciudad planteaba. Su carácter geométrico establece una relación entre ellos, buscando una total armonía arquitectónica y funcional, que incluye la topografía del terreno. El complejo fue edificado con arenisca roja y en ocasiones con incrustaciones de mármol y azulejos. La planta es rectangular y se amuralló en tres de sus lados, con nueve puertas idénticas; el cuarto lado da hacia el lecho de lo que fue un lago artificial alimentado por el río estacional Khari, para garantizar el abasto de agua en la época de estiaje. La puerta actualmente más utilizada por los visitantes es la de Agra, que desemboca a un gran patio donde antes estaba el caravasar.

En la pendiente derecha de la ciudad se localizaba la zona residencial de la gente importante, mas fue desmantelada, piedra a piedra, durante años, por pobladores de localidades cercanas antes de que fuera declarada sitio arqueológico.

El camino de Agra atraviesa un patio cerrado llamado Naubat Khana o Palacio de los Tambores. Allí, los músicos de la corte anunciaban la llegada del emperador. El lugar también funcionó como mercado, al que se entraba por dos grandes puertas con tres arcos de punto. Lo rodeaba una galería con bancos para los músicos. Una vez que uno ingresa a través de este patio cerrado, se alcanza el Diwan-i-Aam, una gran plaza usada para las reuniones públicas, que medía 65 x 112 m. La plaza está delimitada por un barandal. El pabellón imperial, ubicado en la parte centro oeste, tiene una galería con cinco aberturas; es el edificio más alto del complejo. Desde allí el emperador, sentado en el arco central, impartía justicia. El jardín también era usado para celebraciones, y se adornaba con tiendas y tapetes cuando llegaban los invitados especiales.

El Daulat Khana es un grupo de edificios privados construidos alrededor de un gran patio con plataformas a diferentes niveles. En ese lugar, entre otras cosas, el emperador jugaba el pachisi ­—una especie de ajedrez—, usando como peones a jóvenes mujeres que portaban ropas de vistosos colores.

En el norte, el Diwan-i-Khas alberga el trono en su centro. Esta sala de audiencias privadas era el lugar de reunión del emperador con huéspedes connotados, y donde se llevaban a cabo los debates religiosos más importantes de la época, en los que participaban teólogos de las más diversas religiones del subcontinente, pero también de la cristiana. Cerca, flanqueado por dos pequeños quioscos, está el pabellón del Tesoro, edificado sobre tres grandes cuartos subterráneos que resguardaban el tesoro imperial.

Hacia el sur se alza un grupo de edificios también muy interesante, ubicados en derredor de la Anup Talab, una alberca que en 1578 Akbar llenó de monedas del tesoro del Estado, para que fueran distribuidas a todo el pueblo.

El apartamento real o Diwan Khana-i-Khas se encuentra ubicado frente a esta alberca; es un lugar mucho más restringido que las habitaciones privadas. En la primera planta estaba el dormitorio. A un lado se construyó el depósito Abdar Khana para el almacenaje de agua del Ganges, y un pequeño pabellón llamado Anup Talab, que está profusamente decorado siguiendo las mismas técnicas para el tallado de madera, pero aplicado en roca.

Haram Sara es el nombre del harén de Fatehpur Sikri; es prácticamente una ciudad dentro de otra, comunicada por varios pasadizos que daban mucha libertad de movimiento a las mujeres. El edificio más significativo es el Jodh Bai.

Otro palacio cercano al Haram Sara es la casa de Birbal, construida en 1571 por un rajá rajput. Sin embargo, el edificio más asombroso de la ciudad se encuentra al este del jardín del harén; es el Panch Mahal o el Palacio de los Cinco Pisos, también llamado la Torre del Viento. No se sabe con certeza para qué fue utilizado, pero probablemente era una estancia de placer, quizá como una casa de verano del harén, previamente protegida de la vista de curiosos.

Un camino cubierto conduce a la Puerta de los Elefantes, llamada así por los dos elefantes en relieve que flanquean su fachada, y más allá está el Hiran Minar, minarete desde donde se piensa que se observaban las peleas de estos monumentales animales. El edificio es de base octagonal, con la parte media y alta circulares y rematado por un quiosco. Todo el cuerpo tiene clavadas rocas en forma de colmillo, en honor al elefante favorito de Akbar, cuyos restos yacen bajo la torre.

Más extraordinaria aún que todos los anteriores edificios y de mayor tamaño es la mezquita Jami Masjid, construida en la parte más alta de Fatehpur Sikri, al suroeste del complejo del palacio imperial. Tiene dos majestuosas puertas: la del Rey y la de la Victoria. Esta segunda puerta es el monumento más impresionante construido por Akbar. Lo motivó la conmemoración de la conquista de Gujarat, de 1573, y es símbolo de omnipotencia.

Al trasponer la Puerta de la Victoria se ve un atrio con una semicúpula acanalada, y más adelante una columnata con celdas pequeñas que funcionaban como escuela para los discípulos de Salim Chisti. El santuario del templo se encuentra a la izquierda y está formado por un gran iwán y tres domos a cuyos lados se dispusieron dos quioscos octagonales. El interior no está muy decorado, pero el mihrab o nicho que indica la dirección de la Ka’ba en la Meca es un bello ejemplo del arte tradicional. El estanque de las abluciones se encuentra en el centro del patio. A los lados del pórtico se construyeron posteriormente dos edificios bajos, el más famoso de los cuales es el mausoleo de Salim Chisti.

 

Varanasi

 

Varanasi es actualmente una de las ciudades con mayor población en el subcontinente. Está situada en la orilla oeste del río Ganges, aproximadamente hacia el centro de la planicie Gangética.

Tiene el lugar un clima extremoso por su corta primavera —marzo y abril—, seguida de un verano muy caliente que registra temperaturas de hasta 46 ºC en los meses de mayo y junio. Sin embargo, hacia finales de este mes y hasta octubre se presenta el monzón con lluvias diarias de gran intensidad y durante buena parte del día. En invierno, la temperatura baja radicalmente hasta los 4-7 ºC. Estos tres meses son secos.

La comunicación con el resto de país se hace por avión o ferrocarril, principalmente, aunque también tiene una red de carreteras de calidad.

La ciudad está dividida en dos distritos o secciones, el Pucca Mahal y el Kutcha Mahal. El primero está ubicado junto a la rivera del río Ganges, desde Assi, en el sur, hasta el Varuna, un tributario del Ganges, en el norte. En esta parte baja se alojan todos los ghats y los embarcaderos, así como la gran mayoría de los templos. El Kutcha Mahal se encuentra en la parte oeste y más alta. Está compuesto por grandes aglomeraciones de edificios de departamentos.

Una de las características más distintivas son las akharas o arenas, gimnasios con cuadriláteros para luchas.

La historia de Varanasi se remonta a cuatro mil años; dos mil de ellos antes de nuestra era. Según registros históricos, se le atribuye haber sido la capital de un reino llamado Kashi, que existió antes de la llegada de los arios a la India. Kashi proviene quizá de un rey de la región llamado Kashya o Kasha.

Se dice que la palabra Varanasi deriva del nombre de dos ríos que la bordean por el norte y por el sur: el Varuna y el Assi. Al margen de la historia, hay leyendas y mitos muy numerosos y bellos. Se destaca el que relata que fue creado por Vishnú como una retribución a la oración de siete maestros sabios. Por ello, la gente se traslada allí en la creencia de que es un lugar en el que se puede alcanzar la salvación.

En realidad, no se puede determinar la fecha de la fundación de la ciudad, pero es tan antigua como Beijing, Atenas y Jerusalén, con la diferencia de que ésta ha tenido una continua tradición y ocupación (hinduista, musulmana y británica). Las primeras referencias escritas están en los Vedas (2000 a.C.). Durante el reinado de Akbar, creció y fue embellecida con la construcción de numerosos templos y tanques; Raja Man Singh, de Amber, construyó el templo de Adi Vish­weshar, el cual aún está de pie. Y aunque bajo el reinado de Jahangir, hijo de Akbar, la industria textil y las artes manuales florecieron, Sha Jahan y Aurangzeb ordenaron demoler numerosos templos. Este último, hombre sanguinario, intolerante y fanático, se distinguió por inhibir cualquier desarrollo hinduista y construir mezquitas en el mismo sitio y con los mismos materiales de los templos demolidos. También cambió el nombre a la ciudad (Muhammadabad) e hizo acuñar monedas con él, aunque éste nunca se arraigó. A él se le debe asimismo la aplicación de altos impuestos. Durante este periodo, el gobernante de Jaipur, Sawai Jai Singh, erigió en la ciudad de Varanasi, a las orillas del Ganges, el observatorio astronómico Man Mandir. De hecho, la ciudad, tal y como la conocemos actualmente, tiene 300 años, incluso un poco menos, así fue la destrucción de los mogoles y de otros invasores musulmanes anteriores a éstos, como Qut­b-ud-din Aibak, que en 1194 arrasó con todo.

Posteriormente a la caída de los mogoles y una vez instalados los británicos, la ciudad estuvo gobernada por numerosos maharajás, el último de los cuales, Vibhuti Narain Singh, fue un entusiasta promotor del patrimonio y la cultura. Por ello, donó varios millones de rupias para una institución llamada Kashi Raj Trust, dedicada a resucitar la literatura en sánscrito y a autentificar numerosas ediciones de los Puranas.

Cuando fue abolido el poder de los maharajás, Vibhuti Narain Singh se retiró a un palacio construido hacia 1750 en las cercanías de Varanasi. En él se guardan numerosas colecciones de gran valor y se celebra el festival de Dussehra en los meses de septiembre y octubre.

La tradición filosófico-religiosa de Varanasi es muy grande. Esto se debe principalmente a que a ella han estado ligados numerosos filósofos, teólogos y santos que han hecho de esta ciudad un lugar santo y un centro de peregrinación y aprendizaje. Su fundación precedió incluso al Mahabharata, y tenía fama de ser un centro de disciplina filosófica, en el que se estudiaban los textos védicos. Fue durante el reinado de Ajatasharu cuando alcanzó su auge. Testimonio de ello lo dieron los famosos peregrinos chinos Fa Hsien (339-411), Hiuen Tsang (629-644) e I-Tsing (673-693).

Paralelamente a este periodo de estudio de los Vedas surgió con fuerza el budismo, luego de que Buda fundara el monasterio de Sarnath siglos atrás. Este lugar tuvo un gran desarrollo y se convirtió en un centro de estudios budistas.

También se instituyeron dos escuelas budistas, una ortodoxa, que se apegaba a las tradiciones y los templos, y otra liberal, que enseñaba el sánscrito. No obstante, hacia el siglo XII, esta antigua lengua comenzó a declinar y poco a poco se hizo propia sólo para una élite hasta que, con la llegada de los musulmanes, prácticamente dejó de enseñarse. Como se dijo, en esa época la ciudad fue presa del vandalismo y destrucción de templos. Su renacimiento no ocurrió hasta inicios del siglo XVI, con la migración de numerosas familias y maestros eruditos desde Maharashtra y Karnataka, que dieron un gran impulso a la enseñanza del sánscrito y su literatura. Una segunda oleada se dio desde el sur a inicios del siglo XVIII, con la fundación de seminarios védicos. Con ellos surgieron dos tipos de instituciones de enseñanza del sánscrito, una con pocos miembros que seguían a un maestro por las calles y en su hogar, y otra en escuelas, con una disciplina sistematizada. Una de las escuelas mejor or­ganizadas, que a la fecha aún existe, es la de Pathshala. Fue fundada por Jonathan Duncan en 1791 y tiene una biblioteca con más de 150 mil volúmenes. La Saraswati Bhawan, que así se llama, no sólo es famosa por su colección en sánscrito, la más grande, sino por sus estudios e investigaciones de literatura en esta lengua, pali y prakrit.

Otra institución independiente, también de gran prestigio, es la Saanga Veda Vidyalaya. Tiene sus propios cursos y además otorga certificados y grados de estudio.

La idea de crear una universidad independiente, que impartiese educación hinduista, no de Gran Bretaña, surgió en 1904, con el maharajá Prabhu Narain Singh. Mas no fue sino hasta el 31 de diciembre de 1905 cuando, en una reunión de varios representantes de la comunidad hinduista de toda la India, se estableció un proyecto definido. Al mismo tiempo, Annie Besant, una famosa teósofa, fundó el Colegio Central Hindú con el mismo objetivo. El área universitaria tiene cuatro kilómetros cuadrados y está situada en Bharat Kala Bhawan, donde, además, hay un museo de gran importancia que alberga colecciones de textiles, pintura, escultura y arquitectura. Cerca del centro del campus se encuentra el templo Vish­wanath, uno de los más altos de la India.

Durante el movimiento de no cooperación fundado por Mahatma Gandhi, que promovió un boicot contra la educación británica, Babu Shiva Pradesh Gupta, un terrateniente filántropo y nacionalista de la ciudad, donó una gran cantidad de dinero y terreno para fundar la institución nacionalista llamada Kashi Vidyapith.

En la ciudad también hay numerosos centros de estudio islámicos y tibetanos; estos últimos, de Sarnath, fueron auspiciados por el Dalai Lama. Ha sido hogar de numerosos maestros y filósofos, entre los cuales destaca Ramanand, un gran preceptor del siglo XIV, y sus discípulos Kabir y Raidasa; Vallabhacharya, quien se estableció en Gopala Mandir en el siglo XV; Gurú Nanak Dev, fundador de la religión y doctrina sikh en el siglo XVI, y el último gurú de esta religión y fundador de la secta akali, Gurú Gobind Singh. Otro de los grandes maestros, Chaitanya Mahaprabhu, intenso promotor del culto a Krishna en Bengala, realizó su evangelio o doctrina en Varanasi. La lista es muy extensa.

En el ámbito de la literatura, Varanasi ha desem­peñado un papel muy importante, ya que allí vivieron grandes sabios jainistas y budistas, como Paranjali, quien compuso el Yoga Sutra, o Shankaracharya, del Vedanta, que escribió el Mahabhasya. Lo anterior hizo que el lugar también fuera un gran centro de enseñanza y aprendizaje, aún hoy, donde el conocimiento no sólo se encuentra en libros y escritos, sino también en la realidad de cada día, como un ente viviente.

Desde tiempos inmemoriales, prácticamente desde el asentamiento de los arios, Varanasi ha sido el centro del brahmanismo y el hinduismo. También le debe su condición de santa o sagrada al río Ganges, cuyo culto es tan antiguo que antecedió a la religión misma. El rito también se actualiza con las peregrinaciones cotidianas que la gente hace hacia la ciudad, con la finalidad de bañarse en las aguas del río, ya que, se asegura, este baño purifica las almas y borra los pecados. En general, la creencia es que el río y sus aguas son capaces de purificarlo todo; por ello, es el más sagrado para la religión hinduista y, por lo tanto, de la India. Las peregrinaciones también las hacen los moribundos, porque creen que si mueren en Varanasi, junto al Ganges, irán directamente al Nirvana. Las cenizas de quienes no pudieron hacer el viaje son depositadas en el río.

Al margen, la gente que vive en la ciudad se baña tan seguido como le es posible, para mantener la pureza de sus almas. El ritual para el baño en el Ganges inicia muy temprano por la mañana, cuando aún está oscuro. Es la hora del arribo de la muchedumbre. Allí los esperan los sacerdotes o ghatias, sentados, inmóviles, bajo unas sombrillas. El día termina con una caminata al atardecer.

No se sabe con certeza cuándo fue construido el primer ghat. Sin embargo, la mayoría son del siglo XVIII y se deben a los mahrattas y a la gente local. Actualmente hay 52; cada uno tiene importancia por sí mismo, pero hay cinco que son especiales por su historia, religión y el lugar donde están ubicados. El que ocupa el primer lugar, y de más fácil acceso, es el Dashashwamedh, construido por Peshwa Balaji Baji Rao; según la tradición, en este ghat los reyes bharashiva se bañaron tras hacer un sacrificio de diez caballos antes de que los kushanos fueran derrotados, de ahí el nombre del ghat. Junto a éste se encuentra el ghat Man Mandir, en el que el maharajá de Jaipur, Sawai Jai Singh, construyó el observatorio astronómico hacia 1637. En el norte, el ghat Jalasayi es el principal sitio de cremación de Varanasi. Otros son el Harish Chandra y el Manikarnika; en éste, aunque de menor jerarquía, se hace el mayor número de cremaciones.

El ghat Manikarnika, fundado en el siglo VII, es quizás el más antiguo de la ciudad. Se cuenta que Shiva, en un estado de frenesí tras la muerte de su consorte Sati, cargó su cuerpo en el hombro. Tras pasar la ciudad, a Sati se le cayó un arete en el ghat. Los brahmanes se abocaron a recuperarlo, pero fallaron. Shiva, encolerizado, los condenó a ser chadals, una comunidad totalmente aislada. Pero ellos imploraron perdón, y Shiva se los otorgó nombrándolos doams de los ghats Harish Chandra y Manikarnika. Los doams son una comunidad que se encarga de hacer todos los arreglos necesarios para la cremación. Los hinduistas creen que cremarse en el ghat Manikarnika asegura la salvación; por ello, en este ghat las piras están encendidas día tras día y las 24 horas. También piensan que el fuego aportado por los doams es el único que garantiza la salvación.

Los doams están ubicados en la parte más baja del sistema de castas, los shudras. Son intocables y, aun así, tienen jugosas ganancias por el trabajo que desarrollan.
Otro de los cinco ghats importantes es el Panchganga, en el que, según la leyenda, los ríos Dhootpapa, Kiran,

Gyan y Saraswati, que fluían bajo tierra, se unían en este punto con el Ganges. Arriba de este ghat, Aurangzeb construyó una famosa mezquita. En días festivos, en una gran columna se encienden un sinfín de lámparas.

Más hacia el norte, donde convergen los ríos Varuna y Ganges, se localizan el ghat Adi Keshav y los templos Sangameshwar y Brahmeshwar, construidos en el siglo XVIII por un emisario de los reyes scindia.

Hacia el otro extremo, en el sur, está el ghat Assi, que es el inicio de toda la serie que termina con el Adi Keshav en el norte.

Varanasi tiene más de dos mil templos y más de medio millón de imágenes religiosas. De los templos, la mayoría están dedicados a Shiva y Parvati, su consorte, aunque también los tienen Krishna, Ganesh y Hanuman.

El templo más famoso y sagrado es el Vishwanath, de Shiva. Durante el imperio mogol, fue devastado y reconstruido repetidas veces. El edificio original se levantó en 1490, pero ya no queda nada de él; en su lugar, a lo largo de los siglos han edificado otros templos del mismo nombre, pero en sitios diferentes. Bajo el reinado de Akbar, Narayana Bhatta lo hizo en Gyanvapi, pero Aurangzeb erigió sobre sus ruinas una mezquita, que lleva su nombre y todavía existe. El templo actual fue edificado en 1777 por la maharaní Ahalya Bai Holkar, de Indore. Tiene una torre de estilo musulmán, con una altura de 15.5 m, cubierta en 1839 con 820 kg de oro, por el maharajá Ranjit Singh, del Punjab, de ahí que se le conozca como el Templo Dorado. Éste permanece abierto durante todos los días y su entrada sólo está permitida para los hinduistas. En la ciudad hay otros dos templos Vishwanath, uno se construyó en el ghat Meer, en 1958, gracias al líder religioso Swami Karapatriji, y el otro dentro de la Universidad hinduista de Varanasi, claro ejemplo de la arquitectura religiosa moderna. Es de 1966 y su torre mide 77 m de altura.

Otro importante templo es el Durga Mandir, también conocido como el Templo de los Monos, porque allí vive un gran número de estos animales. Está construido con bloques de roca roja y tiene una magnífica ornamentación. Fue edificado por la Rani Bhawani de Natore, en Bengala, en el siglo XVII.

Por toda la ciudad hay muchos templos más de relativa importancia, dedicados tanto a Shiva como a Durga, el dios Sol, Bhairav y variadas divinidades; sin embargo, uno de singular presencia es el Templo de la India, donde se guarda un mapa del subcontinente en relieve.

Cerca de Varanasi se ubica Sarnath, un sitio de vital importancia para el budismo; de hecho, es uno de los cuatro lugares más sagrados de esta religión y es el sitio en el que Buda, hacia 532 a.C., dio su primer sermón, después de haber alcanzado la iluminación o la budeidad. Este lugar tiene varios nombres en los jatakas, pero el más conocido es el de Sarnath, derivado de las palabras Saranga Nath (santuario de los venados), ya que, de acuerdo con los jatakas mismos, en una previa encarnación Buda era el Señor de los Venados o de los Ciervos.

En este lugar está la Stupa Dhamekh, construida teóricamente justo en el lugar donde Buda dio su primer sermón y puso a andar la rueda del dharma. Junto a la stupa hay un templo jainista, ya que, según las escrituras, el onceavo tirthankara, Shreyansnath, nació allí. Muy cerca hay un templo hinduista dedicado a Shiva, llamado Saranga Nath Mahadev.

Asoka, el gran emperador de la dinastía Maurya que vivió en el siglo III a.C., era un gran devoto budista y construyó en Sarnath otras dos stupas y el famoso pilar cuyo capitel representa los tres leones que actualmente conforman el escudo de la India. De las dos stupas que construyó el emperador, sólo la Dhamekh permanece prácticamente intacta. Tiene 39 m de altura y 28.4 m de diámetro en la base. Es de ladrillo y está recubierta con bloques de roca.

Pero no sólo hay monumentos y templos antiguos en Sarnath. A poco menos de cien metros se puede encontrar un templo relativamente moderno, construido hacia 1931 por la Sociedad India Mahabodhi, llamado Mulagandhakuti Vihara. Actualmente es el templo más importante. Tiene una gran imagen de Buda sentado en forma de meditación y un árbol de bodhi llevado desde Sri Lanka, que se plantó en la esquina oriental del templo. Otras particularidades de Sarnath son el templo chino, el monasterio tibetano y la librería.

En Varanasi, junto con Sarnath, que es considerado parte de la ciudad, confluye una gran diversidad religiosa que vive en armonía, desde el budismo y el jainismo, hasta el islam y el cristianismo, con sus iglesias del periodo británico, que incluyen, entre otras, las anglicanas, las católicas y las metodistas.